Siempre ha habido algo en el Señor Cautivo que ha llamado mi atención, aún nose lo que es, pero ese Cristo me produce un gran respeto y admiración.
A pesar de esto, nunca seguí la tradición del deseo, esa que dice que el primer Viernes de Marzo, si le pides un deseo bajo sus pies, te lo concede. Ni tampoco mi devoción hacia él me había llevado a rezarle.
Sin embargo, este año he tenido el placer de ser su Capataz, y fue cuando entré el mismo Viernes en la Iglesia de Las Angustias, en la que me he criado Espiritualmente. Y después de mirar a Madre de Dios de Las Angustias... Allí estaba él, imponente encima del paso, con los brazos amarrados por delante de su cuerpo. Entonces supe que el Señor venía a cautivarme, y que mi misión era la encender los corazones de los Costaleros para darle vida al Señor en la calle y llenarla de pasión.
Sin duda hubo momentos puntuales en los que el Señor parecía haber bajado del Cielo, momentos en los que llegamos al más alto, un nivel que, si seguimos teniendo el privilegio el año que viene, trabajaremos para que sea siempre igual, que no sean momentos puntuales, sino todo un camino de Gloria para el Señor.
Solo tenemos que mirar la cantidad de personas que acompañaban a Jesús pidiendole sus deseos, para darnos cuenta de que este merece algo más que un Vía-Crucis.
Estoy seguro que de ahora en adelante cuando pase por las Angustias, en vez de diez minutos estaré 15...
Animo desde aquí a todos sus Devotos a que se muevan y organicen una Asociación de Ntro. Padre Jesús Cautivo, a la que sin duda la Cuadrilla y yo, que hemos tenido el gran orgullo de llevarlo por las calles de Villamartín, apoyaríamos en todo al 100%. Pienso que es lo mínimo que todo el entorno del Cautivo merece.
Por último quiero agradecer la predisposición mostrada por la Hermandad de La Borriquita con el préstamo de su paso de Misterio, al Párroco de Villamartín, D. Jose Manuel, y a las camareras de la Imágen, Loli y Margari, por su apoyo incondicional. A la Cuadrilla por su trabajo, y a mi equipo por estar siempre al pie del cañón para todo lo que haga falta.
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