Mi papel en el Corpus

Desde pequeño he vivido la Vigilia del Corpus Christi de mi pueblo con especial ilusión. Esto se debe simple y llanamente a que siempre he vivido en el Coto.

Ahora que me considero un hombre, recuerdo cuando de niño ayudábamos a las mujeres del barrio, que con tanta dedicación montaban los Altares en las calles.
Cuando los trabajadores del Ayuntamiento terminaban de echar las eneas en el suelo, ellas nos daban tomillo, romero, hierbabuena y otras plantas aromáticas para que las echásemos encima de las eneas. Decían que cuando la Custodia pasara por el Coto, tenía que oler como en ningún otro tramo por el que pasara.

Desde el año pasado tengo el privilegio de jugar un papel importante en este día.
Soy el responsable de la Cuadrilla del Dulce Nombre de Jesús.
Facilmente podría sacar a la calle al Dulce Nombre con una Cuadrilla de hombres, pero pienso que los niños ponen la felicidad y la inocencia en este día, que es basicamente lo que representa esta imagen.

Esta Cuadrilla que porta a hombros al Dulce Nombre de Jesús fue bautizada en su día como los Costaleros Solidarios.
Estos benditos niños y yo llevamos dos años ya encargándonos de dar catequesis plástica con diferentes imágenes.

Lo que me llevó a crear esta Cuadrilla fue porque yo en mi día tuve gente muy cercana que me enseñó los valores que debe tener una Cuadrilla, que al fin y al cabo funciona como una familia.

Los principales valores de un Costalero son detalles como el respeto, el compañerismo, el sacrificio, el saber estar, la responsabilidad...
Valores que se ven mucho en el día a día, porque lo principal para llegar a ser Costalero es saber ser persona.

Por eso cree esta Cuadrilla para transmitir estos valores a las nuevas generaciones ya que veo esta forma una buena vía para formar no solo Costaleros sino buenas personas, que es de lo que está falto este mundo.

Pienso que de todas las imágenes que sacamos la que más va con nosotros es el Dulce Nombre, por eso acepté responsabilizarme de ella en el día del Corpus Christi y mostrar a estos jóvenes la importancia de este día en la vida Cristiana, como me lo inculcaron a mi aquellas mujeres que aún montan Altares en las calles y que sin darse cuenta pusieron su granito de arena para que yo hoy me considere un hombre.