El Domingo de Ramos llegaba Jesús en su Entrada en Jerusalén, una Hermandad alegre y dedicada especialmente a los niños. Además este año la Virgen de los Reyes iba de estreno, con una mezcla de experiencia e ilusión bajo sus trabajaderas.
Llegó el Jueves con muy malos pronósticos meteorológicamente hablando, y con la triste noticia de que el Nazareno no saldría, después de todo el esfuerzo realizado para la restauración de los Dolores.
El Viernes Santo daba una tregua a las 19:00 h. para que Angustias y Santo Entierro se arriesgaran a salir a la calle. Tres horas más tarde apareció la lluvia, eso sí en poca cantidad, e hizo que las Hermandades se fueran directamente para sus respectivas casas.
Lo que no falla nunca es el Domingo de Resurrección. El tiempo permitió que Cristo Resucitado y su Santa Madre de las Virtudes salieran a conquistar su pueblo. Un poco más tarde de su recogida empezó a llover...
Ahora ha empezado un nuevo ciclo, es un año entero, en el que las Hermandades tienen que seguir trabajando día a día para engrandecer nuestra Semana Santa.
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